Perdido en sus incognitas, como intentar recordar lo que hizo anoche, Yimi camina por la Garzón, lento pero seguro, con las manos en los bolsillos y gorra-tapa-cara. Hoy es el clásico, hoy es la gran final. Y el que pierde muere. Yimi prefiere iniciar la antesala. Se mete otro tiro.

 

 


Juan José Sandoval.


 
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